“Cuando Tamar estaba siendo llevada (para ser condenada a muerte), ella le envió a su suegro...:'Del hombre a quien pertenecen estos objetos he concebido... por favor, identifica quién es el dueño del anillo, la capa y el bastón'”.
Tamar no quería avergonzar a su suegro diciéndole: "He concebido de ti". En lugar de eso, dijo: "Del hombre a quien pertenecen estos objetos he concebido". Él puede elegir confesarse por su cuenta, pero de lo contrario, incluso si me queman hasta la muerte, no lo avergonzaré. De aquí se ha dicho: "Es mejor para una persona ser arrojada a un horno ardiente que insultar públicamente a su amigo". (Rashi)
Una historia interesante sobre Mar Ukva que arrojaba cuatrocientas Zuz en la casa de un hombre pobre. Un día, el hombre pobre se dijo a sí mismo: "Quiero ver a mi benefactor". Cuando MarUkva vio que el hombre pobre venía a verlo, huyó a un horno de brasas rastrilladas que le quemaron los pies. La Guemará pregunta por qué Mar Ukva huyó a un horno y responde: "Es mejor para una persona ser arrojada a un horno ardiente que avergonzar a alguien públicamente". El Alter de Slabodka aprendió de esta Gemarah que no sólo está prohibido avergonzar activamente a alguien, sino que incluso cuando una persona se está avergonzando a sí misma, todos los demás deben llegar a los extremos para evitar la situación.
Estaba con un grupo de bochurim visitando al Rosh HaYeshiva Rav Simcha Wasserman zt"l en su casa cuando un bochur derramó accidentalmente su bebida. Esto llevó a Reb Simcha a contarnos una historia: Un invitado de Rabí Akiva Eiger derramó inadvertidamente su bebida sobre el mantel limpio de la mesa. Momentos después, Rabí Akiva Eiger también derramó "accidentalmente" su propia bebida y comentó: "¡La mesa debe estar mojada"! Reb Simcha sonrió con una de sus memorables sonrisas y dijo: "Ahora, ¿debería derramar mi bebida también?".
Mi padre, el Rosh HaYeshiva zt"l, habló sobre un invitado del Seder de Rav Hutner zt"l que accidentalmente derramó vino tinto sobre el Kitel blanco de Rav Hutner. Rav Hutner inmediatamente bromeó:
"Un Kitel sin manchas de vino es como un Majzor de Yom Kippur sin manchas de lágrimas".
Historias similares a estas son comunes entre Gedolim. Rav Steinman giraba su cabeza para evitar presenciar el comportamiento travieso de los jóvenes talmidim en un esfuerzo por no avergonzarlos. Rav Benzion Felman estaba caminando por la calle cuando alguien que colgaba ropa sobre él dejó caer una prenda mojada sobre su cabeza. Sosteniendo la prenda, cerró los ojos hasta que un niño
fue a buscarla. Se había abstenido de cualquier contacto visual para evitar causar vergüenza a alguien. Se cuenta una historia sorprendente sobre Rav Avraham Genachovsky zt"l cuyo estudiante necesitaba terapia psiquiátrica pero le daba mucha vergüenza ir solo al terapeuta. Para alentar a este estudiante, el rabino dijo que con gusto acompañaría al joven y se quedaría en la sala de espera. Mientras el terapeuta atendía al estudiante, un hombre conocido del rabino entró en la sala de espera y se encogió incómodo por haber sido visto por el rabino en una clínica psiquiátrica. Inmediatamente, el rabino se acercó a este hombre suplicando: “Por favor, te lo ruego, no le digas a nadie que me viste aquí”, lo que tranquilizó al hombre, que de otro modo estaría avergonzado.
Un Shabat en Slabodka, un bochur entró accidentalmente al Beit Medrash usando tefilín cuando no se usan tefilín. Un bochur prominente que lo notó, corrió hacia él y, antes de que otros lo notaran, le recordó que era Shabat. El Altar de Slabodka había observado lo que ocurría y por algún tiempo después evitó al bochur. Era la manera del Altar de mostrar insatisfacción. Finalmente, el bochur le preguntó al Alter por qué estaba disgustado con él. El Alter respondió: "¿Recuerdas al bochur que usaba tefilín en Shabat? Antes de avisarle una sonrisa se dibujó en tu rostro. Nunca debes sonreír cuando una persona está avergonzada".
Rosh Yeshiva, Yeshivat Ohr Elchanan en Jerusalem