Adaptación Rav Gabriel Guiber
La Hoja

No. 173- Vaigash

¿QUE YO ESTOY EQUIVOCADO? MENTIRA, EL OTRO ESTA EQUIVOCADO   “...y los hermanos no pudieron contestarle...” (Bereshit 45,3)   En el libro “Or Iohel” hay un ejemplo que nos enseña cuál es la forma correcta de interpretar las perashi
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¿QUE YO ESTOY EQUIVOCADO?

MENTIRA, EL OTRO ESTA EQUIVOCADO

  “...y los hermanos no pudieron contestarle...” (Bereshit 45,3)

  En el libro “Or Iohel” hay un ejemplo que nos enseña cuál es la forma correcta de interpretar las perashiot de la Tora:Dos amigos fueron a visitar una exposición de elementos tecnológicos de avanzada. Uno de ellos era una persona sencilla, sin conocimientos en materia de tecnología. Su amigo, era casi un “inventor”, siempre interesado en los nuevos avances, intentando ser un profesional en la materia. La forma en que cada uno se asombraba de los nuevos productos era muy diferente. Al primero, le llamaban la atención los diseños, la combinación de colores, la impresión visual. El segundo, en cambio, profundizaba, analizaba las funciones de los dispositivos, los circuitos, “se metía dentro” de cada aparato. Y seguía pensando cómo era posible desarrollar cosas similares, y volvía a analizar, a preguntar sobre cada parte, sobre cada tornillo...Porque su finalidad era saber cómo podía aprovechar esos avances para su actividad laboral.

Así podemos llegar a ver dos clases de personas que estudian la perasha de Iosef y sus hermanos.Cuando llegamos al punto en que Iosef se muestra a sus hermanos, podemos decir que llegamos al punto máximo de tensión y también al final de una “novela” que nos tuvo agarrados durante tres semanas contándonos los males que sufrió Iosef durante veintidós años. Llegó el final feliz en el que los hermanos se vuelven a encontrar, Iosef los perdona y ellos vuelven alegres a buscar a su padre.

Desde un punto de vista opuesto, Jazal nos muestran que este no es un final feliz, todo lo contrario: “Pobres de nosotros en el día del juicio!, pobres de nosotros en el día del reproche!”, este es el grito de los hermanos en ese supuesto “final feliz”.Este grito, reconoce en voz alta el grave error, sobre el que pensaban haber estado en la senda correcta, el suponer durante veintidós años que hicieron lo justo, nos muestra la intención verdadera y pura de los hermanos de Iosef.

Ahora, parados delante de Iosef, sus pensamientos giran ciento ochenta grados, en forma repentina. Lo que hace un segundo era blanco, y fue blanco en todos esos veintidós años, resultó ser siempre negro. El “yo soy Iosef!!!” atestigua sobre el terrible error, que el supuesto juicio que le hicieron no fue justo. Y la prueba de todo esto, es la detallada forma en que se cumplieron todos los sueños de Iosef.

Esos sueños que provocaron odio y envidia, como le preguntaron: “¿acaso vos vas a gobernar sobre nosotros?”, ahora lo pudieron ver con sus ojos...Iosef es ahora el rey de Egipto y ellos se prosternaron a él tal cual como Iosef lo soñó. En un pequeñísimo instante de “verdad”, se revela todo lo que sucedió en la casa de Iaacov en esos veintidós años. Y se demuestra que son absolutamente culpables: en los sufrimientos que le provocaron a Iosef, en el indescriptible desconsuelo que soportó Iaacov, que siempre tuvo la incertidumbre, él no saber si su hijo vivía o no.También se esclareció que pasaron por la prohibición de la Tora de vender a una persona, y más, al venderlo al precio de lo que cuesta un par de zapatos, todo eso pasó por sus mentes en el instante en que Iosef dice “yo soy Iosef”, semejante tensión, no causa asombro a nadie el escuchar que puede provocar una muerte súbita.

Hasta que Hakadosh Baruj Hu hizo “el milagro” y les devolvió la vida. En un segundo, toda la seguridad que tenían en esos veintidós años, toda la forma de pensar, todo se transformó.De la reacción de los hermanos de Iosef en el momento del reproche, los jajamim nos enseñaron que así será la situación que cada uno de nosotros enfrentará después de los ciento veinte años, en el día del juicio, en el día del reproche. En general, todos nuestros caminos son “derechos” a nuestra vista.

Vivimos toda la vida con el pensamiento que somos personas justas, que hacemos lo correcto.Cada uno puede asegurar que durante la vida “acumulamos” una gran cantidad de méritos y que nuestra categoría espiritual se fue elevando sin pausa, por lo tanto, la seguridad es enorme y nos es muy claro que nuestro lugar en el Gan Eden es más que importante. Cuando nos hacen ver un defecto o una falta, grande o pequeño, describimos la absoluta corrección de todas nuestras acciones con miles de respuestas, y así quedamos “limpios” de cualquier posibilidad de culpa.El miedo será muy grande, entonces, y qué decir de la vergüenza, cuando estemos frente al Bore Olam, y El, en “persona”, nos reproche y nos muestre que las cosas no eran como nosotros habíamos pensado. Después de haber supuesto ser “servidores de Hashem”, se revela que fuimos esclavos de nosotros mismos, de nuestros deseos y de nuestra voluntad! Y pensamos que podemos contestar que en algunas ocasiones no tuvimos la intención de conseguir más y más, veamos que en el Mundo de la Verdad la realidad no es esa, y no tenemos palabras para contestar frente a la verdad absoluta.Esto es lo que Jazal dijeron, que Hakadosh Baruj Hu va a reprochar a cada uno exactamente tal como es, o sea, cada uno verá como fue su vida en verdad, y cuales fueron sus posibilidades, hasta dónde hubiéramos podido llegar.Por eso, pobres de nosotros en el día del juicio y en el día del reproche.Y si los hermanos de Iosef, se quedaron pálidos al ver la verdad frente a un hombre de carne y hueso, frente a su propio hermano, de qué color quedaremos nosotros frente al Rey de Reyes, Hakadosh Baruj Hu. La vergüenza de los hermanos de Iosef tuvo una duración de tiempo muy pequeña, frente a la vergüenza del día del juicio en el mundo venidero, que será eterna, y que acompañará al alma de la persona durante toda la eternidad.

Esta concepción nos tiene que traer, a la fuerza, un arrepentimiento muy especial, volcar nuestro corazón como se vuelca el agua, y pedirle al Creador, que nos haga ver y reconocer la verdad en vida, para que no lleguemos a sentir la vergüenza ni nos pongamos pálidos para siempre...

*La obligación del estudio y del conocimiento de la Tora, puede servirnos para entender cuál es nuestra obligación en todos los ámbitos. Así sabremos como encarar todos nuestros emprendimientos, en lugar de nuestra manera tradicional.Escribió el “Biur Halaja” en el capítulo 155, que comienza con las palabras “et lelamed”, un párrafo del Midrash Mishle (cap.10): dijo rabí Iehuda, vengan a ver qué duro será el día del juicio, en el cual Hakadosh Baruj Hu juzgará a todo el mundo... Llega la persona que “tiene en su mano” pesukim de la Tora, pero no la Mishna (que tiene en su mano quiere decir que la estudió y que la “sabe”), el Bore Olam le “da vuelta la cara” y le muestra la dirección del Guehinam, y siente que algo lo empuja hacia allá... Viene ahora el que tiene en su mano la Mishná, Hakadosh Baruj Hu le pregunta: “hijo mío, ¿por qué no estudiaste leyes?” Y viene el que estudió leyes y Hashem le pregunta: “hijo mío, ¿el libro de Vaikra, por qué no lo estudiaste, que tiene escrito...?” Y al que estudió el libro de Vaikra: “hijo mío, los cinco libros de la Tora no los estudiaste, y allí están escritas las leyes de Keriat Shema, Tefilin y Mezuza”. Por último llega el que estudió todos los libros de la Tora: “hijo mío, ¿por qué no estudiaste Guemará?”...

*El rab hagaon Shalom Shevadron contó (aparece en el libro “Hamaguid Medaber”) que cuando el “Netziv” editó su libro “Haemek Shela”, hizo una fiesta muy grande y se dirigió al público de la siguiente forma:Cuando era chico, escuché una vez a mis padres que hablaban entre ellos sobre mí. Papá le dijo a mamá envuelto en lágrimas: hice todo lo posible para encaminar a nuestro hijo en el estudio, pero nada parece ayudarlo, no hay caso, no avanza. Por eso, sospecho, que no podremos ver hecho realidad nuestro sueño de tener un hijo “talmid jajam”, y conviene enseñarle algún otro oficio, de manera que sea un hombre honesto y haga buenas acciones.En ese momento me comprometí a poner todas mis fuerzas en el estudio. Imaginen ustedes cuál habría sido mi “suerte” si no hubiera sentido el “dolor” de mi padre. Hubiera sido un carpintero o un sastre (sin desmerecer ninguna profesión), y al llegar al mundo venidero me preguntarían dónde está el libro que acabo de editar. Por eso el motivo de la fiesta es doble: por la edición del libro y el agradecimiento al Bore Olam que me hizo saber cuáles eran mis posibilidades...

Lekaj Tov.

Leiluy Nishmat     

León ben Isabel z”l  –  Rina bat Matilde z”l      



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