Haftará Parashat Bo
La haftará de esta semana la encontramos en el Profeta Yirmiahu -Jeremías- 46:13-28
"Como está fija Tabor entre las montañas y Carmel viajó por el mar..." (46:18)
Cuando el Todopoderoso estaba a punto de entregar la Torá, dos montañas, el Monte Tabor y el Monte Carmel, sintieron grandes deseos de que la Torá fuera dada en ellos. Tan grande era su deseo que el ángel designado para las montañas las empezó a mover en dirección al Sinaí. No obstante, Hashem eligió el Monte Sinaí como el sitio de la entrega de la Torá. Apesar de su desilusión, esas dos montañas fueron recompensadas, siendo arrancadas y reubicadas en Eretz Israel.
Más tarde, los judíos fueron salvados milagrosamente en el Monte Tabor, en la época de la profetisa Devorá, mientras que en el Monte Carmel fue proclamada la unidad de Hashem, en la época de Eliahu. Y si esas dos montañas fueron trasladadas a Eretz Israel a causa de su gran anhelo de que la Torá se enseñara en ellas, ¡cuánto más merecerán en un futuro ser llevados a Eretz Israel todos los Batei Midrash (casas de estudio), en los que se ha estudiado la Torá en forma continua durante nada más ni nada menos que 3000 años!
Meguila 29b, Maharsha, Rashi, Bereshit Rabá 99:1
(Basado en Rabí Hirsch)
"Pero tú, no temas, Mi sirviente, Yaakov, y no tengas miedo, Israel, pues Yo te salvaré desde lejos" (46:27)
Cuando Israel hace teshuvá (regresando arrepentidos hacia Hashem), se acelera la redención final, llegando antes de su momento designado. Pero si no hacen teshuvá, la redención llegará de cualquier modo, en su hora predestinada.
Por eso, Hashem le dice a Israel, a través de Su profeta, que no debe temer, pues "Yo te salvaré desde lejos". Aunque estés muy lejos del judaísmo, y la palabra "teshuvá" no tenga para ti ningún significado, El ciertamente habrá de redimirte cuando llegue el momento de la redención.
(Maianá shel Torá)
Selecciones de fuentes clásicas en las que se expresa
la singular relación que existe entre el Pueblo Judío y Eretz Israel.
Por cualquier otro nombre
El Monte Hermón, "los Alpes israelíes", que yace en la frontera de Israel con los amorreos y los tsidonitas, en la Torá aparece según otros varios nombres: Sirión, Senir y Sión. Estos nombres le fueron dados por las naciones vecinas: los tsidonitas lo llamaban "Sirión", y los amorreos lo llamaban "Senir" (Devarim 3:9).
La Torá relata esto para demostrar cuán amada era Eretz Israel, inclusive para las demás naciones. Los nombres Sirión y Senir eran, originariamente, nombres de montañas dentro de los límites de Eretz Israel. Las naciones amaban tanto a Eretz Israel que cuando construyeron ciudades en el Monte Hermón, les pusieron los mismos nombres de los montes de Eretz Israel.
Esta apreciación adquiere una dimensión especial cuando advertimos que Senir significa "montaña de cumbre nevada". Hasta los inhabitables picos de montaña de Eretz Israel eran tan queridos por las naciones que llamaron a sus ciudades montañosas por ese nombre.
Julin 60b
Estas palabras, tomadas directamente del comienzo del Cuarto Mandamiento, tienen un significado especial si se tiene en mente el Midrash (Tehilim 92) que describe el juicio de Adán por el pecado de haber comido del Arbol del Conocimiento.
Cuando parecía que Adán sería condenado a muerte en el final mismo del sexto día de la creación, el Shabat se presentó ante Hashem con un ruego:
"Soberano del Universo, todavía no ha muerto ningún hombre. ¿Acaso la muerte ha de comenzar en mi día?"
El ruego fue aceptado, y cuando Adán se dio cuenta del poder del Shabat, compuso un "salmo que es una canción del Shabat".
"Recuerda el Shabat", se nos ordena, puesto que fue ese día el que preservó con vida a Adán y todos sus descendientes, y a todo Israel.
"Santificarlo", de la misma manera que cualquiera honra el día en que ocurrió un milagro que le salvó la vida, y más aún, puesto que fue el propio Shabat el que lo salvó.
Kol Mekadesh Shvií
"Todo el que santifique el día séptimo..."
En Shabat, según explica el afamado líder jasídico Rabí Mendel de Rimanov, un judío no come meramente para saciarse sino para tener la oportunidad una y otra vez de acercarse a su D-os por medio de hacer bendiciones sobre la comida que El le ha provisto.
Se puede agregar que esta es la razón por la que muchos judíos dicen "Le kabod Shabat" ("En honor al Shabat") antes de cada plato de la comida de Shabat.
El trasfondo histórico de esta costumbre puede encontrarse en el Midrash que trata sobre la descripción malintencionada de los judíos como fuera relatada por su archi enemigo Amán al rey, describiéndolos como personas de apetito devorador que comen y beben diciendo que todo es "para el deleite de Shabat, para el deleite de la Fiesta."