Or Sameaj - Edición español
Or Sameaj

Parashat Jaie Sara-1- Ohr Somayach

 Resumen de la Parashá La madre del pueblo judio, Sara, muere a los 127 años de edad, y su esposo Avraham la entierra en la cueva de Majpela. Como Avraham sabe que ese es el lugar donde están enterrados Adán y Eva está dispuesto a pagar la exorbitante suma
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 Resumen de la Parashá

La madre del pueblo judio, Sara, muere a los 127 años de edad, y su esposo Avraham la entierra en la cueva de Majpela. Como Avraham sabe que ese es el lugar donde están enterrados Adán y Eva está dispuesto a pagar la exorbitante suma que su dueño, Efrón el Hitita, le pide.

La responsabilidad de encontrar una mujer adecuada para Yitzjak cae sobre Eliezer, el fiel siervo de Avraham, quien va a buscarla de entre la familia de Avraham y no entre los Cananeos.

Eliezer viaja a Aram Naharaim, a la ciudad de Naor, y ruega a D-os que le envie una señal por la qual pueda reconocer a la mujer destinada para Yitzjak.

Al atardecer, Eliezer llega a un pozo a dar agua a sus camellos y allí se encuentra con Rivka (Rebeca) a quien pide que le dé agua para beber.

Rivka no solo le dá agua, sino que saca del pozo suficiente agua para sus diez sedientos camellos (500 litros!). Esta generosidad extrema, hace que Eliezer comprenda que ella es la mujer adecuada para ser la esposa de Yitzjak y la madre del pueblo Judio.

Yitzjak lleva a Rivka a la tienda de su madre, se casa con ella y la ama. Este amor le consuela de la muerte de su madre.

Avraham se casa de nuevo con Hagar, que toma ahora el nombre de Ketura, lo que indica que mejoró su caracter. Ketura tiene otros seis hijos, a los que Avraham manda al Este colmados de regalos.

Avrham se muere a los 175 años de edad y es enterrado junto a Sara en la Cueva de Majpela.

 


Comentarios a la Parashá

 LA JUVENTUD Y LOS JOVENES

"La vida de Sara fueron cien años, veinte años y siete años" (23:1)

Reza el viejo adagio: "La juventud se desperdicia con los jóvenes".

Cuando la persona es joven, es bendecida con agilidad de mente y de cuerpo, pero también se ve acosada por las inseguridades y la inmadurez propias de la juventud. Cuando la persona envejece, la experiencia de vida le posibilita una perspectiva que puede conducirlo a la sabiduría. Sin embargo, el cuerpo ya no cuenta con la fuerza de la juventud.

No obstante, Sara fue bendecida con absoluta madurez espiritual y emocional siendo aún una niña, e inclusive en su ancianidad conservó su fuerza física y su agilidad mental.

"La vida de Sara fueron cien años, veinte años y siete años". El versículo utiliza la palabra "años" en forma aparentemente redundante. En forma más económica la Torá podría haber escrito: "La vida de Sara fueron ciento veintisiete años". Rashi dice que la repetición de la palabra "años" es para que sepamos que cada año de la vida de Sara fue del mismo valor. Cuando tenía cien años era como si siguiera teniendo veinte en el sentido de que cuando tenía cien años segía poseyendo todas las ventajas de la juventud. Y cuando tenía solamente veinte años ya tenia la sabiduría de una mujer mayor.

Mayaná shel Torá

 

EMBAJADORES DEL CIELO

"Y Abraham se postró ante los miembros del concejo..." (23:12)

El modo en que uno se comporta cuando está solo, sentado frente a la televisión no es el mismo modo en que se comporta cuando está recibiendo un Oscar de la Academia frente a 200 millones de espectadores, o cuando se inclina ante la realeza o le da la mano al Presidente. ¿Qué proporción del tiempo verdaderamente visualizamos que estamos en la presencia de D-os? ¿Cuántas veces pensamos: "Ahora D-os me está mirando, y sabe exactamente lo que estoy pensando. El ve todo lo que hago". No sé cuántas personas hacen esto a menudo.

Abraham enfrentó diez pruebas. La mayoría de los comentaristas explican que su última y más grande prueba fue la akeidá: el mandato que le dio D-os de llevar a su hijo Ytzjak como sacrificio.

Sin embargo, Rabenu Yona (Avot 5:3) explica que la décima prueba de Abraham fue hallar una tumba para su mujer Sara.

¿Por qué eso fue una prueba tan grande para Abraham? ¿Por qué ése fue el pináculo de todas las pruebas? ¿De qué modo el hallar un sepulcro para Sara demostraba que era digno de ser el progenitor de los representantes de D-os en esta tierra?

Imagínense un vendedor de autos de segunda mano. Con una sonrisa propia de un aviso de pasta dentífrica que, de tan brillante, es capaz de enceguecer hasta a diez metros de distancia, te dice que el auto destartalado sobre el que se está apoyando tiene aseguradas, por lo menos, otras 50.000 millas. Pero cuando mueve el brazo, el auto se arrastra como una mula al borde del colapso...

Abraham pensaba que era el heredero legítimo de Eretz Israel. Pensaba que podía enterrar a su querida esposa donde quisiese. Sin embargo, tuvo que entrar en un regateo con Efrón, en el que la compra de un auto usado luce ahora como la adquisición de un Rolls Royce último modelo.

Sumemos el drama de la akeidá, seguido inmediatamente de la noticia del fallecimiento de Sara, y uno podría perdonar a Abraham por tratar a Efrón, el típico vendedor de autos usados, con el desdén que se merecía. Pero ¿acaso ése el modo en que lo trató?

"Y Abraham se postró...". Abraham trató a Efrón como la persona más honorable del mundo. No dijo: "¡Tuve un día espantoso! ¡Acaba de morir mi mujer! ¡Estoy estresado!".

Abraham recordó que Efrón, en tanto que ser humano, se merecía ser tratado como la imagen de D-os que era. Abraham no le respondió a Efrón de acuerdo con el nivel de Efrón. El se comportó como se debe comportar todo judío. Si Abraham tuvo un mal día, ¿por qué tiene que sufrir Efrón?

A veces, las piedritas del camino de la vida nos hacen tropezar con más facilidad que las rocas inmensas. La persona que entiende que la vida no es más que una prueba gigante va a reconocer cuándo se enfrenta a una gran prueba. Pero ¿qué pasa si alguien se nos "cuela" adelante en la cola del supermercado? ¿También vamos a reaccionar con el conocimiento de que somos los embajadores de D-os en el mundo? ¿Vamos a sentir que El nos está mirando, esperando que traigamos honra a Su Nombre y al pueblo que porta con Su Nombre? A veces, las pequeñas molestias de la vida son más difíciles de superar que los eventos catastróficos.

El judío debe comportarse como un mentch (caballero) inclusive cuando se lo trata de un modo muy poco mentchlij (caballeroso). Ese es el escudo de la persona que sabe que está parada en presencia del Rey.

Y si tuvimos un mal día en la oficina, eso no significa que tengamos que descargarnos con nuestros hijos o nuestra esposa. Esto exige un tremendo autocontrol. Solamente la persona que posee un absoluto dominio de sí misma puede tratar siempre a todos los seres humanos, tanto judíos como gentiles, con dignidad.

La décima prueba de Abraham fue, en realidad, una prueba doble. El se encontraba en un momento de enorme estrés, y se tuvo que confrontar con una persona que no era precisamente un príncipe. No obstante, le confirió honor. Esta, la prueba última, demostraba que Abraham era apto de ser el padre del Pueblo Judío, los embajadores de D-os.

Rabí Eliahu Dessler, Rabí Isajar Frand

 

EL ROSTRO HUMANO

"La vida de Sara fueron cien años, veinte años y siete años" (23:1)

"Y Abraham se levantó de ante el rostro de su muerta" (23:3)

El Shabat es el rostro del mundo. D-os bendijo al Shabat. Nuestros rabinos nos enseñan que D-os lo bendijo con el brillo del rostro humano. Este concepto es bastante extraño. ¿Acaso no es demasiado restrictivo decir que el gran propósito y el objetivo final de toda la Creación, el Shabat, debe ser bendecido con nada más que el brillo de un rostro humano? ¿Acaso esto no implica que D-os bendijo algo inmenso, el Shabat, con algo muy limitado, el rostro humano?

Pero, en un análisis más de cerca, vemos que el Shabat y la luz del rostro humano son una misma cosa.

El rostro es la única parte del cuerpo en la que se puede ver cómo el intelecto domina a lo físico. La luz de la sabiduría ilumina el rostro; según sea la luz interna y la sabiduría de una persona, así es el brillo de su rostro. El brillo interno irradia con un poder inmenso hasta que irrumpe en la carne y el hueso del cráneo, atravesando los tendones de la cabeza, y finalmente expone su brillo a través del rostro como un faro que transforma la carne y la sangre en luz radiante.

En hebreo, la palabra "rostro" es "panim". "Panim" se escribe igual que "pnim", que significa "adentro". El rostro es la única parte del ser humano donde se puede ver el interior de una persona. En el rostro, uno puede percibir el dominio del intelecto por sobre el cuerpo.

Lo mismo ocurre con Shabat. Shabat es como el rostro de la Creación. Al descansar en Shabat, estamos revelando ese rostro. Estamos revelando que el propósito del mundo es espiritual: dejamos que la esencia espiritual atraviese el mundo físico. Le asignamos a la espiritualidad su lugar apropiado en el pináculo de la Creación, relegando lo físico a su rol subsidiario de telón de fondo de la santidad. Por lo tanto, el brillo del rostro del hombre que rervela lo que hay adentro de lo físico es exactamente igual que el Shabat que revela el interior del mundo físico. El rostro del mundo es el Shabat.

Cuando una persona se va de este mundo, esta luz del intelecto se va junto a ella. Por eso, no se puede llamar a la cara de alguien que está muerto "rostro", porque el "rostro" connota el mundo interior que ahora ya no reside más en el cuerpo. Sin embargo, inclusive después de fallecida, el "rostro" de Sara seguía irradiando algo de esa vida interna. Porque la vida de Sara le fue tomada como con un beso, el viaje más suave de este mundo al otro. Por eso la Torá dice que "Abraham se levantó de ante el rostro de su muerta".

Pajad Ytzjak (Rav Itzjak Hutner zz"l)

 

"Y Abraham vino a hacer el duelo de Sara" (23:2)

Los dos padres estaban llorando un mar de lágrimas.

"Rabino, es nuestro hijo. Se quiere casar con una gentil. Mire, nosotros nunca fuimos súperreligiosos, pero siempre pensamos que, por lo menos, se iba a casar con una judía".

Más lágrimas.

Por fin, el rabino dijo: "En Rusia, en la época del Zar, estaba prohibido poseer alcohol si no se contaba con una licencia. Para evitar la tarifa aduanera, hubo unos pícaros que decidieron contrabandear whisky por la frontera. Y tramaron un ardid para engatusar a los centinelas fronterizos.

La frontera pasaba por el medio de una cierta shtetl (aldea) judía. Y el cementerio quedaba justamente del lado ruso. Por eso, no era cosa que llamara la atención ver funerales cruzando el límite. Los contrabandistas consiguieron un coche fúnebre y un ataúd, y lo llenaron de whisky escocés. Al aproximarse a la frontera, pusieron cara larga y aspecto lúgubre, como quien va a enterrar a un muerto. Actuaron en forma tan convincente que los guardias los dejaron pasar sin pensarlo dos veces...

Llenos de entusiasmo por lo fácil que les resultó, decidieron probar por segunda vez. Y otra vez les fue bien. Pero entonces se pusieron confianzudos, y al tercer intento, los guardias descubrieron su ardid.

Los llevaron encadenados. Acusados de un delito capital, se pusieron a llorar amargamente. El jefe de la banda le preguntó al guardia: "Pero ¿cómo supieron que no era un funeral?" Y el guardia dijo: "Mientras se acercaban al límite, iban sonriendo y de excelente humor. Pero en un funeral no hay nadie que se ría. Si hubieran llorando entonces, ¡no estarían llorando ahora!"

"Por desgracia, eso es lo que pasa ahora con ustedes", les explicó el rabino a los angustiados padres. "Si hubieran llorado entonces, no estarían llorando ahora. Ahora es demasiado tarde: ¡se acordaron de llorar después de veinte años! ¿Qué quieren que haga yo ahora?"

Cuando Abraham vino a hacer el duelo de Sara, se centró en el tema de la Akeidá, cuando Itzjak fue atado, como símbolo de las virtudes de Sara. Porque Sara había criado a un hijo que estaba dispuesto a dar la vida para servir a Hashem, y no hay mejor testimonio de las virtudes de un padre que las virtudes de su hijo.

Esto debe servir para recordarnos que las aspiraciones espirituales de nuestros hijos son, inevitablemente, un reflejo de las nuestras. Y ellos no tienen la culpa si siguen por el mismo camino que les hemos mostrado.

Ha Drash ve Ha Yiun, Rabí Shalom Schwadron,
Rabí Pesaj Kron

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"Y el sirviente (Eliezer) le dijo (a Abraham): 'Tal vez la mujer no deseare seguirme a esta tierra; ¿acaso he de llevar a tu hijo de regreso a la tierra de la que partiste?'" (24:5)

¿Por qué no puedo ver a D-os? ¿Por qué no siento Su presencia? La verdad es que te envidio que eres religioso, pero lo que pasa es que ¡yo no puedo!"

¿Qué es lo que hace que una persona se sienta cerca de D-os?

Los ojos son las ventanas del alma. Si quieres "ver" a D-os en tu vida, tienes que limpiar las ventanas. Todos los defectos de carácter son como suciedad que empaña esas ventanas. El enojo, los celos, la envidia, la búsqueda de poder: todos ensucian el alma, y ésta no es capaz de ver.

El Midrash que comenta este versículo dice: "Y el sirviente le dijo...". Esto se refiere a la frase "El mercader con la balanza del engaño en la mano, al que le gusta engañar". El "mercader" es Eliezer, que se sentó y pesó "con la balanza del engaño en la mano". A ver si su propia hija era buen partido para Itzjak, o no".

Cuando Eliezer propuso el "shiduj", Abraham le dijo: "Tú eres maldito, y mi hijo es bendito. Lo maldito no puede unirse a lo bendito".

Pero ¿qué tenía de malo que Eliezer pensara en su hija como compañera de Itzjak, para que el Midrash lo llame "un mercader con la balanza del engaño en la mano"?. Eliezer no le mintió a Abraham, ni tampoco lo engañó. Simplemente se preguntaba si su hija era buen partido... ¿Qué padre no pensaría al menos si su hija habría de ser una compañera digna para el soltero más codiciado, el futuro padre del pueblo judío?

Además, cuando Abraham rechazó la propuesta de Eliezer, éste aceptó la decisión con absoluta ecuanimidad.

Al parecer, el mero hecho de que Eliezer llegara a considerar esta posibilidad demostraba una minúscula medida de engaño. Porque de no ser así, se habría dado cuenta, sin tener que pensarlo dos veces, de que lo bendito y lo maldito no pueden unirse.

Esa es la naturaleza del engaño: el mentiroso engaña no solamente a los otros, sino también a sí mismo.

El corazón vacilante, incapaz de admitir la verdad, es producto de nuestros propios defectos. Estos nos engañan y nos mienten acerca de la verdad de la existencia.

Si tan sólo limpiamos las ventanas de nuestra alma, nuestros ojos verán la verdad, resplandeciente como un faro.

Avot 2:9, Rabí Robman en Zijron Meir, Lekaj Tov.

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"Que la doncella a la que le dijere: 'Inclina tu cántaro para que pueda beber' y respondiere 'Bebe, y hasta les daré de beber a tus camellos', a ella hayas designado para Tu siervo Itzjak" (24:14)

En su plegaria para encontrar a la mujer apropiada para Itzjak, Eliezer decidió que confiaria en el hecho de que la candidata demostrara un solo rasco de caracter: la benevolencia

¿Cómo podía confiar solamente en la benevolencia? Ciertamente que la futura esposa de Itzjak debía sobresalir en muchas otras áreas de perfección del carácter. Por ejemplo, un corazón puro, fe, temor de Hashem.

En la Etica de los Padres, Raban Iojanan ben Zakai les dice a sus discípulos: "Salgan a ver cuál es el buen camino al que se debe aferrar el hombre".

Rabí Eliezer dice: "Un buen ojo". Rabí Iehoshua dice: "Un buen amigo". Rabí Iosi dice: "Un buen vecino". Rabí Shimon dice: "Uno que predice la consecuencia de un acto". Rabí Elazar dice: "Un buen corazón". Entonces Raban Iojanan ben Zakai les dice: "Prefiero las palabras de Rabí Elazar ben Araj a las de ustedes, porque las palabras de ustedes están incluidas en las de él". El buen corazón incluye todas las virtudes.

Abraham Avinu fue el primero de los Avot. Y como padre de Itzjak y abuelo de Iaakov, él "contenia" a los otros dos patriarcas. El rasgo principal de Abraham era la benevolencia (jesed).Y la benevolencia contiene dentro de sí a todas las otras virtudes.

"Coloca ahora tu mano bajo mi muslo. Y te haré jurar que no tomarás mujer para mi hijo de las hijas de los cananeos..." (24:3)

Había una vez un judío del campo que llevaba a su vaca a la ciudad para que la sacrificaran. La ciudad más cercana en la que había un shojet (sacrificador ritual) se hallaba a una distancia considerable, y el judío estaba cansado. Alzó la vista y vio, a la distancia, viniendo en su dirección, lo que daba la impresión de ser un rabino muy distinguido.

Cuando el judío alcanzó al rabino, le preguntó si podía sacrificarle la vaca. El rabino respondió afirmativamente; sacó el cuchillo de shojet y se dispuso a sacrificar a la vaca.

Luego, el rabino le preguntó al judío: "Entre nosotros... ¿me podría prestar un poco de dinero por unas semanas?"

El judío respondió: "Ojalá pudiera ayudarlo, pero la verdad es que yo a usted no lo conozco... No lo tome en forma personal, pero ¿quién me asegura que me va a devolver el dinero?"

El rabino lo miró a los ojos y le dijo: "Cuando se trata de plata, quiere referencias, pero con la vaca, no le importó que un perfecto extraño sacrificara su animal... ¿Acaso no le preocupa que tal vez coma carne no kasher?"

Eliezer era el sirviente más leal de Abraham Avinu. Se hallaba a cargo de toda su fortuna. En ese sentido, Abraham confiaba en él plenamente. Pero en lo referente a temas espirituales, a la crucial elección de una esposa para Itzjak, la futura madre del pueblo judío, Abraham le hizo prestar juramento.

Si tanto cuidamos nuestra cuenta bancaria en este mundo, ¿acaso no deberamos ocuparnos por lo menos en igual medida de nuestra cuenta en el Banco Nacional del Olam ha Ba (Mundo Venidero)?

 

(Basado en el Beer Maim Jaim, tal como oímos de boca de Rab Calev Gestetner, y una historia del Maguid de Dubno, tal como la oímos de boca de Rab Reuven Subar)

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"Y fue la vida de Sara, cien años, veinte años, y siete años, fue la vida de Sara" (23:1)

"No sé, rabino, todo este tema de la religión no es fácil... yo soy un tipo simple... ¡es demasiado para mí!"

Rab Akiva estaba dando una drashá (conferencia) a la congregacin, y la gente bostezaba. Entonces dijo: "¿Cómo supo Ester que habría de reinar en 127 estados? Porque vio que era descendiente de Sara, que vivió 127 años".

¿Por qué Rab Akiva le dijo esto a su cansado auditorio? Rab Akiva se había referido a conceptos de un nivel muy elevado. Y la congregación se estaba durmiendo... Creían que estos pensamientos tan exaltados estaban por encima de sus posibilidades. Por eso Rab Akiva quiso despertarlos, para que se dieran cuenta de que cualquier judío puede conectarse con los conceptos más elevados de la Torá.

Porque así como la capacidad de Ester de arriesgar la vida al presentarse ante Ajashverosh sin permiso era el legado espiritual de la rectitud de Sara, del mismo modo cada judío posee un legado: el poder alcanzar los más altos niveles de espiritualidad.

No caigamos en la negatividad de "¿Quién soy yo? ¿Cuál es el valor de mi vida?" ¡Todos los judíos estamos conectados en línea directa con lo más profundo y más exaltado de la Torá!

(Adaptado del Pri Tzadik)

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"E Itzjak le trajo a la tienda de Sara, su madre..." (24:66)

Cuando Sara estaba con vida, sus velas de Shabat estaban prendidas desde Erev Shabat hasta el próximo Erev Shabat. Había una bendición en su masa. Y la nube de la Presencia Divina se mantenía conectada a su tienda. Al morir Sara, cesaron todas esas manifestaciones. Sin embargo cuando Itzjak trajo a Rivka a la tienda de su madre Sara, regresaron.

El Mishkn (Tienda de la Reunión) era una representación de las tiendas de los ancestros. Porque los mismos milagros que se podían hallar en las tiendas de los ancestros, también se hallaban presentes en el Mishkán:

Al igual que las lámparas de Sara y Rivka, la Ner ha Maaraví (Luz Occidental del Mishkán) ardía en forma milagrosa. Y con ella encendían las demás luces. Al igual que la masa de Sara y Rivka, los Panes de la Proposición del Mishkn eran benditos. Seguían tibios y frescos inclusive después de una semana en el Mishkán, y todo el que comía de ellos quedaba satisfecho con un pedacito. Y, por supuesto, como en la tienda de los ancestros, la nube flotaba sobre el Mishkán.

¿Por qué las velas de Sara ardían de Erev Shabat a Erev Shabat?

Los días de semana no podían destruir la luz que alcanzaban en Shabat. Las velas ardían toda la semana, alimentadas con esa misma kedushá (santidad). Por eso, cuando llegaba el Shabat siguiente, la luz de las velas que se encendían solamente agregaba más luz a la luz que quedaba desde el Shabat anterior.

Igualmente, cuando encendían las luces del Mishkán desde la milagrosa Ner ha Maaraví, no hacían más que sumar a la luz que había brillado el día anterior. Y así la luz crecía y crecía...

(Adaptado de Shem mi Shmuel)

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"Cuando acabó de darle de beber a Eliezer, dijo: Voy a sacar agua del pozo para tus camellos hasta que acaben (tengan bastante) de beber" (24:19)

Si fuera un requisito del judaismo comer en los mejores restaurantes del mundo, mucha más gente sería religiosa. El fundamental obstáculo contra la fé, no es lógico sino psicológico. Subconscientemente, sabemos que si aceptamos que el "orden" de la Creación tiene un "ordenador" llegaremos a la conclusión de que no podemos ir contra El y hacer lo que se nos antoge. En realidad, sabemos que no podemos conducir al campo de golf el Sábado por la mañana, pero como nos vemos como si fuéramos el centro del Universo, no dejamos de hacerlo.

Estando como estamos en la generación del "Yo", la idea de que la felicidad y los placeres no son en realidad nuestro último objetivo, hace caer las bases fundamentales de la cultura actual.

Seria mucho más facil creer en un D-os que no está realmente interesado por nosotros y así podríamos pretender que como en realidad D-D-s no nos está mirando podemos hacer lo que nos plazca.

Esta idea es irresistible para la gran mayoria de la gente. Los deseos del corazón ciegan el intelecto y la "verdad" acaba por ser la perdedora. Como dice Rabbi Shimshon Raphael Hirsh: "Fé" no es la creencia en la existencia de D-os, sino el conceder la verdad que esa existencia implica.

Cuando Eliezer probó a Rivka para ver si podría ser la Madre del Pueblo Judio, buscó en ella tan solo que tuviera Jesed (generosidad hacia otros) ¿Por qué no buscó en ella que tuviera fé en Hashem?

La respuesta es que fé y generosidad están intimamente unidas. Solo alguien que se preocupa por las necesidades de los demás, está libre de las exigencias de sus propios deseos y puede reconocer objetivamente al Creador. Esa fué la virtud que Eliezer vió en Rivka y lo que la hizo merecedora de ser una de nuestras "Madres".

(Rabbi Schiller y Rabbi Leff basados en Rabbi Eljanan Wasserman HY"D)

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"Los años de la vida de Sara..." (23:1)

Los Tzadikim tienen el poder de elevar a la Naturaleza y al Tiempo a nuevos niveles espirituales, dándoles nueva luz y esplendor. A causa de la bondad de los Tzadikim, los días mismos tienen nueva vida, y son parte de su persona.

(Sfas Emes)

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"Los años de la vida de Sara..."(23:1)

Todos los años de la vida de Sara fueron "igualmente buenos"(Rashi). Sara experimentó muchos acontecimientos tristes en su vida , pero nunca les hizo demasiado caso, los aceptó con alegria, tanto lo bueno como lo malo. Eso es lo que Rashi quiere decir cuado escribe : "todos los años fueron igualmente buenos",poque incluso los malos fueron aceptados por Sara con amor.

(Ha Drash v'HaIyun)

"Y estos son los dias de los años de la vida que vivió Avraham..." (27:7)

Para alguna gente los dias son tan llenos como años, para otros los años tan vacios como dias.

En cierto pueblecito, habia un cementerio que parecia contener solo tumbas de gente joven. En una lápida se podia leer; 20 años y 50 dias , en otra 30 años y 20 dias, y así sucesivamente. Todos los que entraban al cementerio se sorprendian. ¿Por qué esta gente murió tan tragicamente joven?. Lo que en realidad ocurrió es que en este pueblo tenían la costumbre de inscribir en la lápida solo los años y los dias que los fallecidos habian "realmente" vivido,y por eso hasta la gente fallecida a avanzada edad tenían ,en terminos de como utilizaron sus días, pocos años y se murieron trágicamente jovenes ,sin realizar su potencial.

Cuando la Torah nos relata la vida de Avraham , dice: "Estos son los días de los años" cuando hubiera sido suficiente decir "los años". Esta aprarente redundancia, está escrita para enseñarnos que Avraham no pasó ni siquiera un solo día sin realizar su potencial. Cada año estaba , "lleno hasta el tope", de días.

(Adaptado de Gesher Ha Jaim en Lekaj Tov)

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"Y Abraham vino para elogiar a Sará"(23:2)

Cuando Abraham vino a elogiar a Sará, se centró en la Akeidá - el sacrificio de Itzjak- para ejemplificar las cualidades de Sará. Sará había educado a un hijo que estaba preparado a dar su vida para servir a D-os, y no puede haber un testimonio más grandioso de las cualidades de un padre que las cualidades de su hijo. Esto debe servir como un poderoso recuerdo a los padres: que los valores espirituales de sus hijos son inevitablemente un reflejo de los de ellos.
HaDrash v'Halyun in Maianá shel Torá

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"Que sea que la moza a la cual yo diga: Inclina, por favor, tu cántaro para que yo beba y que ella diga: Bebe y también a tus camellos abrevaré - que sea ella la que has indicado para tu servidor, para Itzjak..."(24:14)

Un hombre pobre una vez preguntó al Rav de Brisk si cumplía con su obligación de tomar los cuatro vasos de vino en Pesaj, tomando cuatro vasos de leche. El Rav de Brisk le dijo que lo haga con vino y le ordenó a su esposa que le diera una gran suma de dinero del fondo de tzedaká comunitario para que se comprase vino y carne para la fiesta. Después de que el hombre pobre se fue, la rebetzin preguntó a su marido por qué le dió dinero para comprar carne cuando la pregunta fue sólo sobre el vino. El Rav de Brisk respondió que si este hombre iba a tomar cuatro vasos de leche en el Seder de Pesaj, ciertamente no estaba planeando comer carne, también por falta de fondos. Qué distinguida era la bondad de Rivká que no sólo podía entender lo que Eliezer le dijo, sino que también entendió cuáles eran sus necesidades reales. La verdadera bondad está en entender las necesidades de otros aún cuando ellos son incapaces de expresarlas.

 

"Y había salido Itzjak para meditar, en el campo, hacia el atardecer..."(24:63)

Una persona Judía reza tres veces al día: En la mañana, en la tarde y en la noche. Aprendemos de este versículo que fue Itzjak quien instituyó Minjá, el rezo de la tarde. Minjá es un rezo muy diferente al de la mañana y al de la noche. En la mañana, una persona no se ha compenetrado todavía en el agitado mundo de trabajo. Sus pensamientos son pacíficos y su estado de ánimo calmo. Similarmente, al final del día, ya sea que tuvo frustraciones o éxito, problemas o triunfos, ya pasó - otro día ya pasó, y uno descansa y reza con calma, o al menos resignación. Pero cuando una persona se encuentra, en el medio de la tarde, sumergido en sus problemas de negocios y las dificultades diarias, y se dirige a su Creador en plegaria - ¡¡qué difícil es alejar a la mente de las distracciones y concentrarse completamente!! El símbolo de la preocupación en las cosas de este mundo es el campo - sembrar, trillar, plantar, cosechar, etc. - porque aún en nuestra época moderna las necesidades básicas del hombre se concentran en el campo. "Había salido Itzjak para meditar, en el campo..."- su rezo fue mientras estaba en el campo, en el medio de su trabajo y asuntos de negocios. Fue en esta atmósfera que Itzjak instituyó el rezo de la tarde de Minjá y su poder para iluminar el mundo material.
Rabbí Shelomó Iosef Zobin en Torá u'Moadim

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HOMBRES CON VIDA

“Estas son las vidas de Sara...” (23:1)

Neshamá. Siempre le había gustado ese nombre. Neshamá. Un nombre que susurraba el hálito mismo de vida. Neshamá respiraba profundamente el fluido vital en el que flotaba. Girando al costado, el cable que la mantenía con vida ondulaba suavemente en el mundo de líquido oscuro como una serpiente de mar letárgica. Era en un momento como ése que uno se ponía a pensar en las cosas más elementales. El Nombre. La Vida. El Futuro. Ella tenía miedo. ¿Qué le esperaba? Según recordaba, siempre había estado en este seguro mundo acuático. Ahora su vida se acercaba a su fin. La muerte, el no ser, el fin de todo lo que conocía, del conocimiento mismo, la aguardaba al final del túnel. Como una frágil balsa flotando al borde de un gigante remolino, se sintió atraída inexorablemente al torbellino. El pánico se apoderó de ella. Un miedo primordial de lo desconocido la dominó. ¡No quiero morir! ¡Quiero quedarme en este mundo y vivir eternamente! Había pasado sus días aquí en profunda meditación acerca de los secretos del universo con su guía espiritual. Pero ahora estaba sola. Y sabía que era el fin.

Había llegado el momento. Le pareció que se le llenaron los oídos de la música más sublime. Un solo acorde de todas las voces acuáticas emitiendo un solo acorde sin palabras que ondulaba en todas las escalas conocidas. El sonido crecía más y más. Sintió terror. Terror del dolor. Terror de no sentir más el dolor. Iba cada vez más abajo. Hasta el fin del mundo. Hasta el sitio de la muerte. Aquí. Aquí era el fin. Todo acabó. Había muerto.

No era una noche especialmente agitada en las salas de parto del Hospital Hadasa. Otra pequeña alma acababa de llegar al mundo. Llorando como si hubiera sido convocada sin muchas ganas a esta esfera terrestre. La enfermera limpió la bebita, la envolvió para que no tuviera frío y la colocó en los brazos de la madre. La madre miró a su hija recién nacida y pensó: “Qué hermosa eres, mi pequeña Neshamá”.

Igual que el mundo oscuro que precede esta existencia, este mundo tampoco es más que un oscuro corredor, comparado al gran palacio de luz al que hemos de ingresar. Este mundo es el lugar en el que tenemos la oportunidad de prepararnos para ingresar a ese palacio. En el grado en que nos preparemos, en ese mismo grado podremos regocijarnos en su resplandor.

No sé ustedes, pero a mí no me resulta tan fácil percibir este mundo como un corredor. Es tan fácil sorprendernos a nosotros mismos contemplando las luces de neón a lo largo del camino. Es fácil pensar que este mundo es el palacio en sí. ¿Acaso hay alguien que muera con siquiera la mitad de sus sueños cumplidos? ¡Cuántos problemas y dolores de corazón y dolores de espalda hay en este mundo!

La parashá de esta semana se llama Jaiei Sara, “Las vidas de Sara”. Qué título tan extraño. Esta es la parashá en la que Sara fallece. ¿Por qué se la llama “Las Vidas de Sara”?

Sin embargo, el nombre es muy apropiado. Porque únicamente cuando nos vamos de este mundo pasajero empezamos a vivir verdaderamente. Más adelante en el Libro Bereshit, hay una parashá llamada Vayejí Yaakov – “Y Yaakov vivió”. Es la parashá en la que Yaakov fallece. Tal como dice el Talmud: “Los justos en sus muertes son llamados vivos”.

En hebreo, la palabra “vida” posee un rasgo muy interesante. No tiene forma singular. Jaim es un sustantivo plural. Tal vez sirva para recordarle a nuestra neshamá, nuestra alma, que hay dos vidas, y que ésta no es más que un preludio antes de la “atracción principal”.

Rabí M. A. Amiel en Iturei Torá


Haftará

I Reyes 1:1-31

La necesidad de asegurar la continuidad del Pueblo Judío, que es el tema de la Parashá de esta semana, está reflejado en la Haftará: David Hamelej está llegando al final de sus días (como Abraham) y su hijo mayor, el atractivo e indulgente Adonijá trata de arrebatar la sucesión de Shelomó, heredero del Rey David. Pero el Rey David es alertado del plan de Adonijá por su mujer Batsheva y Natán el profeta, y la conjura es frustrada.

Cierta vez, e l Jofetz Jaim, escribió a un hombre muy rico, diciéndole que tenia la obligación de dejar un testamento "muy claro", dividiendo la herencia entre sus hijos.

En la Haftará de esta semana encontramos que el profeta Nassan amonestó al Rey David a que dejara instrucciones claras a cerca de su sucessión. El Rey David no se enojó con Nassan por el hecho de recordarle que era un hombre mortal, sino que procedió a remediar una situación dificil.

El Jofetz Jaim escribió: "Los hijos se pelean y riñen cuando sus padres estan vivos, ¡Cuanto peor cuando están muertos!"

 

(Adaptado del Midrash Dice)

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HORARIO COMPLETO

Es el deber de los padres infundir en sus hijos los mismos valores de la Torá con que ellos viven, asegurando que su descendencia se transforme en el próximo eslabón de la cadena de la misión eterna de D-os. Esta tarea suele continuar hasta los últimos días de los padres.

Este mensaje aparece tanto en la parashá como en la haftará. En la parashá, el anciano Abraham, habiendo criado exitosamente a su hijo Yitzjak para que siga sus pasos, se enfrenta al desafío de hallar una mujer que sea apta para el futuro padre de Israel. La tarea de Abraham como padre no terminó simplemente porque su hijo haya demostrado ser un justo. Su tarea no se completó hasta que no le proveyó a Yitzjak todo lo necesario para continuar con la misión de su padre y cumplir con su propio potencial.

En la haftará también hallamos a un Rey David enfermo tiene una tarea final por completar. Su hijo Adoniahu se había proclamado a sí mismo heredero al trono, con la esperanza de que el silencio de David fuera tomado como una tácita aprobación. Pero David de inmediato hizo saber que el  próximo rey sería su hijo Shlomo. Era Shlomo quien podría proseguir del mejor modo posible el trabajo de David y completar la construcción del Beit HaMikdash.

Nuestros sabios nos dicen: Los justos no tienen descanso en este mundo ni en el mundo venidero. Los justos no tienen deseos de sentarse y dejarse estar. ellos aprovechan cada oportunidad de crecimiento. Tal como aprendemos de Abraham y de David, no hay jubilación de la profesión de padres, ni tampoco del servicio de D-os


Comentarios sobre las Canciones que cantamos en la mesa de Shabat a través de las generaciones.

Kah Ribon
"D-os el Maestro"

 
"D-os a quien pertenece honor y grandeza salva a tus corderos de la boca del león."

Fué Moises quien dió a Hashem el título de "Grande". En tiempos del exilio en Babilonia, Daniel, dejó de usar ese título porque sentia que la "grandeza" de D-os , no es aparente en el Exilio (Mesejta Yuma 69b)

Los miembros de Anshei Keneset Ha Gedola, ganaron el titulo de "Miembros de la Gran Asamblea" porque reestablecieron el título de "Grande" al referirse a Hashem.

El hecho de que los judios sobrevivieron enmedio de Naciones hostiles, como corderos entre leones fué razón suficiente para reestablecer el título, pués esta es la mayor expresión de la grandeza de Hashem.

En nuestros dia



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