Rav Salomón Michan
Parasha semanal

Cinco grandes consejos

1. Sé un águila y no un pato. Los patos solamente se quejan todo el día. Las águilas, por el contrario, vuelan en silencio elevándose por encima de las situaciones. Para agradecer a Dios, no es necesario esperar que nos haga grandes milagros. Basta con despertar
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1. Sé un águila y no un pato. Los patos solamente se quejan todo el día. Las águilas, por el contrario, vuelan en silencio elevándose por encima de las situaciones.

Para agradecer a Dios, no es necesario esperar que nos haga grandes milagros. Basta con despertarnos por la mañana, abrir los ojos y encontrarnos con nuestro cuerpo sano.

Esto es suficiente para saltar de alegría y agradecer a nuestro Creador por hacernos un favor tan grande

 

2. Sé mariposa y no mosca. Las moscas revolotean y se posan en la basura, el estiércol y lo maloliente. Seamos mariposas, que se posan en flores de hermosos colores y olores exquisitos. Sólo veamos y fijémonos en lo positivo de cada persona y en lo dulce de su interior.

En nuestros días, en este mundo de crisis e inestabilidad, donde muchos están perdiendo su trabajo e incluso su casa, es muy difícil encontrar motivos para estar agradecidos. Se respira en general un clima de tensión, temor y mucha angustia. Dejarse hundir aún más lleva a deprimirse y a lastimar a los seres queridos.

Quizá al levantar la mirada y ver que tenemos una familia o amigos que están junto a nosotros, el hecho de que estamos vivos o simplemente que cada día es un nuevo empezar es una buena razón para poder agradecer y sentir gratitud.

 

3. Sé botella y no vaso. La función del vaso es recibir. La de la botella es dar. Intentemos siempre ser de los que dan.

La pregunta que Dios nos hace todos los días es: “¿Cómo puedes irte a dormir sin haber ayudado a uno de tus hermanos, compañeros, conocidos, amigos?”.

Dicen nuestros Sabios que debemos estar conscientes de que una de nuestras principales funciones en este mundo es ayudar a los demás.

 

4. Tengamos dos ojos. Vemos lo mismo con cada uno; cuando lloran, ambos lo hacen. Sin embargo, ¡no se conocen entre sí! Sólo se pueden ver si hay un espejo que los refleje. Ser Yehudí también es así: aunque no nos conozcamos y no nos veamos, aprendamos a compartir y sentir al otro.

Dijo el Gaón de Vilna algo hermoso y que mucha gente desconoce: “La mayor parte de la Torá consiste en alegrar a otros seres humanos”.

La ayuda no se limita al dinero. Una palabra agradable, una sonrisa, pueden ayudar a reanimar a alguien que se siente desolado. Una palabra de aliento pueda provocar alegría. ¡Son cosas muy pequeñas y, sin embargo, tan significativas!

 

5. Si tienes conciencia de que Dios te ve como persona individual y está al pendiente de ti, la mejor manera de retribuirle e imitarle es prestar atención a cada persona que se halla a tu alrededor

Para la Torá, el lado derecho es muy importante. Por ello se nos enseña que debemos comenzar a bañarnos desde nuestra parte derecha. Al decir Berajá (bendición) o tomar la comida o la bebida, debemos hacerlo con la mano derecha. Si alguien está perdido, tiene que tomar el lado derecho del camino.

Preguntó un Jajam:

La respuesta es: realmente el corazón está inclinado hacia el lado izquierdo, pero cuando los demás nos ven de frente, está hacia el lado derecho. Comprendemos de aquí que el corazón no es para nosotros, sino para el prójimo.

 



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