"Vete para ti"
Parashat Lej Lejá Génesis 12 - 17
Un pescador estaba sentado a la orilla del río cuando se acercó un hombre rico y miró con asombro cómo, cada pocos minutos, el pescador sacaba un gran pez del agua. Después de una hora, el pescador comenzó a empacar y a irse. El hombre rico corrió hacia él y le preguntó: "¿Por qué se está yendo tan rápido?".
"Bueno", dijo el pescador, yo he pescado suficientes peces para una semana entera y no necesito más. Ahora yo me voy a casa a estudiar Torá y estar con mi familia".
"Pero piense en todo lo que puede hacer con más pescados", el hombre rico le imploró. "Usted puede vender el pescado extra, usar el dinero para invertir en más redes de pescar, luego puede comprar un barco y contratar a personas para que pesquen - mientras usted supervisa la operación".
"¿Cuál es la meta de todo eso?" preguntó el pescador.
"Bueno", contestó el hombre rico,"usted puede contratar a alguien para que dirija sus negocios, y así se retira a hacer lo que quiera en la vida". Después de eso, el pescador saludó al hombre rico y le dijo: "muchas gracias, pero yo ya estoy haciendo eso!!"
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El punto en esta historia es que a veces nosotros nos esmeramos tanto en producir, llegar y tener éxito, que nunca vamos a detenernos para preguntarnos: "¿De qué se trata la vida? ¿Para qué yo realmente vivo?".
La parashá de esta semana nos cuenta la historia de Abraham. Cuando él tenía tres años, miró a su alrededor, al mundo de la naturaleza con todas sus perfecciones, con su belleza, simetría, precisión, tiempos, balance, integración, coordinación, unidad - y concluyó que para que el mundo estuviera diseñado tan perfectamente, obviamente debía haber un diseñador inteligente. Fue entonces que Abraham descubrió a D'os.
Viendo esto superficialmente, esta conclusión no es asombrosa. Si tú tomas a un niño de 3 años y lo llevas a una fábrica de juguetes y le muestras el proceso de diseño,manufacturación y ensamblado - ¿él pensará erróneamente que esos juguetes son producto de un accidente?!
Lo que es tan único del descubrimiento de Abraham es que él vivía en un mundo inmerso en la idolatría. La idolatría es un falso intento de satisfacer las necesidades básicas humanas para conectarse con una dimensión más allá de nosotros. Para algunos, esto significa prosternarse ante una estatua de Buda; para otros, es conducir un Mercedes. Durante la época de Abraham, todo el mundo tenía un ídolo.
El descubrimiento de Abraham es mucho más remarcable sabiendo que su familia era dueña y dirigía un exitoso negocio de ídolos. Un día, cuando se le pidió a Abraham que se quedara en el negocio, tomó un martillo y rompió todos los ídolos - menos el más grande. Cuando su padre regresó a casa, se sorprendió: "¿Qué ha pasado?!", él gritó. "Fue increíble", le dijo Abraham. "Todos los ídolos comenzaron a pelearse y el más grande ganó!". No hubo contestación de parte de su padre; profundamente en su interior él sabía que Abraham había penetrado en una verdad más profunda.
Abraham continuó con sus esfuerzos para convencer a otros. Él trajo invitados a su morada, la cual estaba abierta por los cuatro lados y estaba justo en medio de una autopista interurbana. Él fue el autor de un libro de 400 capítulos que refutaba la idolatría y él perduró a todo tipo de persecusiones por mantener su creencia que era, por decirlo de alguna manera, politicamente incorrecta. De hecho, la Torá lo llama "Abraham Haivrí" - Abraham el Hebreo. Haivri se traduce literalmente como "el que está del otro lado". Todo el mundo estaba de un lado y Abraham estaba firme en el otro lado.
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¿Cuál fue el secreto de la increíble fuerza de Abraham, y cómo nosotros podemos absorber esta lección para nuestras propias vidas?
La respuesta la encontramos en el primer pasuk de la parashá. D'os le ordenó a Abraham: "Vete para ti (lej lejá) - de tu tierra, y de tu lugar natal y de la casa de tu padre a la tierra que te mostraré". D'os le dijo a Abraham que en función de convertirse en alguien realmente grande, él debía "cortar el cordón umbilical", y embarcarse en un viaje de crecimiento y autodescubrimiento - lejos de la rutina familiar.
Nosotros nos estancamos en la rutina de la presión de nuestra compañía. Viejos amigos, viejos hábitos, padres sobreprotectores. En la época de mi adolescencia tenía un amigo que quería ser abogado, pero sus padres querían que él sea doctor, porque ellos querían tener la posibilidad de decir: "Mi hijo es doctor". Él insistía en estudiar leyes y ellos insistían en que sea doctor. La presión llegó a ser tan grande que él estuvo 10 años en la escuela de medicina sólo para satisfacer a sus padres (Al terminar, se fue a la escuela de abogacía y luego combinó los dos campos y se convirtió en un abogado de malpráctica médica). Pero el punto es que él no tuvo la fuerza para separarse y vivir su propia vida.
La primera pregunta que cada uno de nosotros debe formularse es: ¿De dónde proviene mi filosofía de vida? ¿Es esencialmente una visión griega? ¿Romana? ¿Oriental? ¿Judía? Intenta preguntarte lo siguiente: ¿si yo hubiese nacido en una familia de fundamentalistas musulmanes en Irán, qué estaría haciendo con mi vida hoy en día? Porque si tú no te formulas esta pregunta, entonces hay buenas posibilidades de que seas un fundamentalista musulmán!!
Como D'os le dijo a Abraham: "Vete para ti, de tu tierra, y de tu lugar natal y de la casa de tu padre a la tierra que te mostraré".
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Todos tienen que pasar por ese proceso. No hay excepciones. Yo una vez hablé con un famoso Rabino quien me reveló el secreto de su grandeza. Él dijo: "Mi abuelo fundó una de las Ieshivot más grandes de los tiempos modernos. Mi padre lo sucedió como el jefe de la Ieshivá. Al crecer, yo estaba rodeado por lo mejor que el judaísmo podía ofrecer. Yo estudié con los mejores grandes estudiosos, yo tuve acceso a inmensas bibliotecas de libros de Torá, y crecí en una casa que era en efecto el centro de la vida judía comunal. Yo lo tenía todo, pero al mismo tiempo, yo sentía que no era mío. Se me había dado eso, pero yo no lo había adquirido".
Él continuó: "Entonces cuando cumplí 18 años, tomé una decisión de pasar un proceso de autoexaminación. Yo tomé todos los pensamientos y prácticas judías y me vacié de ellos. Metaforicamente, los puse sobre la mesa para poder verlos. Miré el Shabat, por ejemplo, y me pregunté: ¿qué es esto? ¿Cómo yo me relaciono con él? ¿Qué es lo que me gusta y lo que no me gusta sobre él? ¿Qué aspectos no entiendo?".
Él continuó: "Durante este proceso yo no dejé de cumplir con las mitzvot, pero yo necesitaba crecer y convertirme en mi propia persona. Yo repetí este proceso con todos las áreas de la Torá. Tomó años, pero ahora yo sé quién soy yo e incluso lo más importante, por qué".
Esa es la idea de "lej lejá" - vete para ti…
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Todos nosotros sentimos la necesidad de pasar por un proceso como ese. Quizás así es cómo la tradición comenzó en América de ir lejos por cuatro años a la universidad. Nos da la flexibilidad de experimentar diferentes ideas y estilos de vida, sin tener que estar bajo el constante escrutinio de la familia y amigos. Es una oportunidad para descubrir quiénes somos realmente. (Sin embargo, trágicamente, esos cuatro años frecuentemente se utilizan más para hacer festejos que para hacer una seria autoexaminación).
En nuestra parashá, D'os le sugiere a Abraham en qué lugar como judío él podría experimentar esto de la mejor manera: Israel. Yo no estoy diciendo que todos deben de tomar sus maletas y viajar a Israel de inmediato. Pero hay una cierta historia, espiritualidad y fuerza sobre la tierra de Israel que pone las cosas en perspectiva y hace la vida real. Por lo menos todo judío debe visitarla!
Quizás tú podrás decir: "Yo no tengo el tiempo" o "Yo soy muy viejo". Los Rabinos señalan que la palabra hebrea para "vida" - jaim- siempre aparece en plural. Esto es porque la vida es un proceso continuo hacia el autodescubrimiento. Nunca es demasiado tarde. Ahora es el momento.
El Sefat Emet (siglo XIX - Europa) dice que D'os nos dice a cada unode nosotros "lej lejá" - vete para ti. Abraham escuchó el llamado. Esperanzadamente, nosotros también lo escucharemos.